¡Descubre los oscuros secretos de la represión internacional en Estados Unidos! Una reciente investigación del Gobierno Accountability Office (GAO) ha revelado que muchos países alrededor del mundo frecuentemente toman medidas para sofocar las actividades de críticos y disidentes que residen en los Estados Unidos. Esta alarmante revelación pone en duda la capacidad de las fuerzas del orden para limitar eficazmente estas acciones.
La Práctica Conocida como “Supresión Internacional”
El informe del GAO define la práctica, conocida como “supresión internacional” o TNR por sus siglas en inglés, como “cuando los gobiernos, ya sea de forma directa o indirecta, cruzan las fronteras para silenciar las discrepancias provenientes de la diáspora y de exiliados, incluyendo periodistas, defensores de los derechos humanos, activistas de la sociedad civil y opositores políticos”.
El informe del GAO presenta datos recopilados por el Departamento de Seguridad Nacional en 2022, que revelan que varios países, como China, Irán, Rusia, Ruanda, Turquía, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, son “actores comunes” de la supresión internacional en territorio estadounidense o contra individuos que residen en Estados Unidos.
Los ejemplos incluyen una amplia gama de amenazas físicas, que van desde asesinatos y secuestros selectivos hasta amenazas digitales y acoso, así como amenazas indirectas de daño o encarcelamiento que afectan a amigos y familiares bajo el control directo de estos gobiernos.
Aunque muchas de las actividades que constituyen el TNR son ilegales, otras se encuentran en una zona gris legal, lo que dificulta a las autoridades documentar el alcance completo y la prevalencia de la actividad dirigida a individuos en Estados Unidos.
Múltiples Ejemplos Impactantes
El informe menciona una serie de casos ampliamente publicitados, como el asesinato del periodista Jamal Khashoggi por agentes del gobierno de Arabia Saudita en Estambul en 2018, y un violento ataque perpetrado por agentes del gobierno turco contra manifestantes en Washington D.C. en 2017.
El informe también destaca varios casos que han recibido menos atención de los medios de comunicación, como la detención de decenas de miembros de la familia de seis periodistas uigures, con sede en Estados Unidos, por parte de China, y el secuestro de un ciudadano estadounidense por parte de Rusia en Moscú y su entrega a Bielorrusia.
El informe resalta el caso de Masih Alinejad, periodista de la VOA, quien fue objeto de un intento de secuestro por parte de agentes de Irán en un complot que fue desmantelado por el Departamento de Justicia en 2021.
Expertos en la materia afirman que, si bien eran conscientes de la existencia de actividades de TNR en Estados Unidos, algunos se sorprendieron por los hallazgos del informe.
“Estudio la influencia extranjera para vivir, pero todavía me sorprendió la magnitud de la supresión internacional que documentó”, comentó Ben Freeman, director del programa de democratización de la política exterior en el Quincy Institute for Responsible Statecraft. “Fue mucho más amplia de lo que pensaba”.
Freeman también dijo a la VOA: “Creo que muchos de nosotros operamos bajo la suposición evidentemente equivocada de que nuestro gobierno tiene todas las herramientas necesarias para repeler la supresión internacional, pero el informe deja claro que eso no es en absoluto cierto”.
Necesidad de Mejora
El GAO encontró que las agencias del orden en Estados Unidos deben mejorar su capacidad para reconocer cuándo los gobiernos extranjeros están actuando dentro de Estados Unidos para reprimir las actividades de disidentes y otros críticos, así como desarrollar una comprensión común de lo que constituye el TNR y qué medidas legales existen para combatirlo.
Una dificultad radica en que cuando las autoridades locales y estatales del orden son informadas sobre actividades ilegales relacionadas con el TNR, no siempre reconocen las dimensiones internacionales del caso y no lo reportan a las autoridades federales. En otros casos, según el informe, muchas de las víctimas están tan acostumbradas a la represión gubernamental en sus países de origen que no se toman la molestia de informar cuando ocurre en Estados Unidos.
El informe recomienda que las principales agencias federales del orden, incluyendo el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional, colaboren para establecer una definición común del TNR.
Además, recomienda al Fiscal General evaluar las deficiencias en la capacidad de las autoridades del orden para responder al TNR y proponer legislación que pueda abordar esas deficiencias, si es necesario.
El informe insta al Departamento de Estado a liderar los esfuerzos para recopilar información sobre casos de TNR de múltiples agencias del orden y tomar medidas para hacer cumplir las normas vigentes que prohíben ciertas transferencias de armas a países conocidos por estar involucrados en un patrón de TNR.
Se señala que algunas de las naciones que se reconocen como actores frecuentes del TNR, incluidas Arabia Saudita y Egipto, también se encuentran entre los principales destinatarios de las ventas de armas de Estados Unidos.
Proporcionando un “Elemento Disuasorio Claro”
Expertos consultados por la VOA indicaron que si el Congreso adoptara medidas para hacer del propio TNR ilegal en Estados Unidos, podría alterar el cálculo de algunos actores estatales involucrados en ello.
“Creo que sería beneficioso hacer que el TNR sea ilegal, porque eso proporciona un elemento disuasorio claro para los países involucrados”, dijo Colin P. Clarke, investigador principal del Soufan Center, un centro de pensamiento con sede en Nueva York.
“Los aspectos más extremos del TNR son ilegales, como los asesinatos selectivos, pero para cosas como el acoso y la intimidación, a menudo se les permite pasar desapercibidos, especialmente si no hay violencia física”, explicó. “Pero creo firmemente que cuando países como China, Irán y otros creen que pueden salirse con la suya incluso con pequeñas violaciones, eso los alentará a avanzar aún más. Les das una pulgada, toman una milla”.
Si bien la aplicación de la ley puede desempeñar un papel, dijo Clarke, el Departamento de Estado también tiene un papel que desempeñar.
“Definitivamente hay un componente diplomático en esto y se resume en cómo los países quieren gastar su capital político”, dijo. “En el pasado, el TNR era algo… que se dejaba al Departamento de Justicia como un asunto penal. Pero transmitir preocupaciones sobre el TNR a otros países, y de hecho la colaboración tanto con el palo como con la zanahoria, debería ser algo que los países consideren seriamente”.